El proyecto Biocontenedores se trata de una iniciativa conjunta entre ISCAMEN y DGE para trabajar en las aulas mendocinas la importancia de proteger y preservar a perpetuidad el patrimonio agroecológico de Mendoza. Esta propuesta alcanza a toda la matrícula de sexto grado de escuelas públicas, privadas, albergues y especiales de Mendoza, involucrando 874 colegios primarios.
Si bien el Biocontenedor es un dispositivo concreto, es decir una caja de cartón que contiene pupas de moscas del Mediterráneo esterilizadas producidas en la Bioplanta Santa Rosa, el Proyecto Biocontenedores es una propuesta mucho más amplia de desarrollo áulico. Como cierre del trabajo de enseñanza-aprendizaje, desarrollado por los estudiantes de sexto grado, el Biocontenedor llega a las aulas para apoyar materialmente el ciclo de comprensión del proceso desarrollado.
Antes de la entrega, profesionales y técnicos del ISCAMEN, junto a representantes de la Dirección General de Escuelas, capacitaron a directivos, supervisores y docentes de ciencias naturales de escuelas públicas, privadas y especiales, con el fin de facilitar el desarrollo del proyecto en el entorno áulico.
A partir de allí, se propone a las Escuelas llevar adelante un ABP (Aprendizaje Basado en Proyectos) a partir del Diseño Curricular Provincial donde los estudiantes son guiados, mediante preguntas significativas, a explorar, conocer y comprender el mundo que los rodea. Se apunta a trabajar con la integración de las distintas áreas de conocimiento y se propone un tipo de evaluación formativa a lo largo de todo el proceso del proyecto.
El docente guía este proceso a partir de una pregunta impulsora como por ejemplo ¿Cómo podemos cuidar los cultivos de nuestra región para que siempre estén sanos? y desde esa pregunta inicial se incorporan una serie de subpreguntas que guían todo el proceso y que por su amplitud y heterogeneidad permiten la interdisciplinariedad.
De esta manera el Proyecto Biocontenedores se abre no sólo a las ciencias naturales sino también a las diferentes áreas del saber donde puede aplicarse, desde Lengua a Matemáticas, pasando por Economía, Ambiente, Comunicación, Informática; todas las áreas pueden y son pasibles de ser trabajadas a partir de la técnica que utiliza Mendoza, a través del ISCAMEN, para el control de la mosca del Mediterráneo y otras plagas. La experiencia les permite además conocer sobre la producción de Mendoza y la importancia de proteger el patrimonio agroecológico de animales exóticos que puedan generar un impacto en la biodiversidad local.
Para el cierre se busca que los y las estudiantes realicen un producto concreto que de significado a lo aprehendido, lo que puede materializarse en una campaña virtual de comunicación, la elaboración de folletos informativos para entregar el día de la muestra a los alumnos de los otros grados; trabajos integrados con las áreas artísticas, o una galería de imágenes con lo trabajado por los alumnos para compartir con la comunidad a través del recurso que el docente considere conveniente.
El presidente de ISCAMEN, José Orts, explicó la importancia de este Proyecto educativo sobre la mosca del Mediterráneo “para comunicar y generar conocimiento en toda la comunidad sobre el objetivo de la Técnica del Insecto Estéril, que ISCAMEN está empleando también en otras plagas como el gusano barrenador del ganado o el mosquito vector del dengue”.
Por su parte Silvia Cornejo, Supervisora de la Sección 41, explicó que “lo importante del Proyecto BiIocontenedores es el trabajo que llevan a cabo las docentes en el aula, lo que pone de manifiesto el compromiso con el ambiente y permite trabajar con los estudiantes y sus familias, llegando con soluciones que impactan de manera positiva en la economía” .
Las acciones coordinadas entre la DGE y el ISCAMEN se basan en el método prioritario de control de la mosca del Mediterráneo utilizado en la provincia de Mendoza: la Técnica del Insecto Estéril. Este método consiste en la cría masiva de insectos que luego son esterilizados y liberados en gran número en la naturaleza. Los insectos esterilizados compiten y se aparean con los insectos silvestres, reduciendo así la fertilidad de la población natural y disminuyendo progresivamente su cantidad hasta lograr, en algunos casos, su erradicación.
A través de un visor ubicado en la parte superior del Biocontenedor, los estudiantes pueden seguir el proceso biológico de los insectos y su metamorfosis en ejemplares adultos. La experiencia cuenta con una fuerte adhesión en la comunidad educativa y es innovadora porque, a diferencia de los antiguos “insectarios”, permite la observación del material biológico vivo, facilita la comprensión del ciclo reproductivo y, fundamentalmente, está abierta al trabajo integrado de diferentes áreas, generando de esta forma un aprendizaje situado y significativo.